¿Qué hace tan especial al Monasterio de Sant Feliu de Guíxols?
El monasterio de Sant Feliu de Guíxols no solo es uno de los monumentos más antiguos de la Costa Brava, sino también un símbolo vivo de la historia, la fe y la identidad mediterránea. Situado frente al mar, este conjunto arquitectónico ha sido testigo del paso del tiempo, de la llegada de civilizaciones, del fervor religioso y del despertar cultural que caracteriza a esta zona del Empordà. Pero ¿qué hace tan especial a este monasterio?
Su magia radica en la perfecta unión entre piedra, mar y espíritu. Pocos lugares logran transmitir tanto. Cada rincón cuenta una historia y cada detalle arquitectónico refleja la evolución de la fe y el arte.
Hoy, el monasterio es un espacio abierto al público, un lugar donde se celebran eventos culturales, conciertos, exposiciones y visitas guiadas que mantienen viva su esencia.
Además, su entorno es inigualable. Situado en el corazón de Sant Feliu de Guíxols, este monasterio mira al Mediterráneo y a la vez a la montaña, ofreciendo una experiencia espiritual y paisajística única. En este artículo, te invitamos a descubrir por qué el monasterio de Sant Feliu de Guíxols sigue siendo un faro de historia, cultura y belleza en la Costa Brava.
Historia y origen del monasterio de Sant Feliu de Guíxols

Los orígenes del monasterio de Sant Feliu de Guíxols se remontan al siglo X, cuando los monjes benedictinos decidieron establecerse en este enclave privilegiado. Su nombre proviene de San Félix (Sant Feliu), un mártir cristiano venerado desde la antigüedad, cuya devoción dio identidad al lugar.
Durante la Edad Media, el monasterio fue mucho más que un centro religioso: funcionó como núcleo económico, cultural y político. Los monjes gestionaban tierras, enseñaban a los campesinos y mantenían registros escritos de gran valor histórico. La fortaleza del conjunto arquitectónico no era casual; debía resistir los ataques de piratas y defender la población costera, por lo que también tuvo función militar.
A lo largo de los siglos, el monasterio vivió transformaciones: se añadieron capillas, se reconstruyeron muros y se integraron estilos arquitectónicos diversos. Durante la desamortización del siglo XIX, muchas propiedades monásticas fueron confiscadas, pero el de Sant Feliu se conservó gracias al compromiso del pueblo, que lo consideró siempre parte esencial de su identidad.
Hoy, tras numerosas restauraciones, el monasterio mantiene viva la memoria de aquellos monjes que dedicaron su vida a la oración, al conocimiento y a la comunidad.
Arquitectura: una joya entre el románico y el gótico
Una de las razones que hacen tan especial al monasterio de Sant Feliu de Guíxols es su extraordinaria arquitectura. El conjunto combina elementos románicos, góticos y renacentistas, testimonio de los cambios de estilo a lo largo de casi un milenio.
Su estructura original, de planta basilical, se caracteriza por muros gruesos, arcos semicirculares y pequeñas ventanas que daban sensación de fortaleza. Con el tiempo, se añadieron bóvedas de crucería, ventanales ojivales y detalles ornamentales propios del gótico. El resultado es un edificio que refleja la evolución artística de toda Cataluña.
Elementos destacados del monasterio
- La Porta Ferrada: es el símbolo por excelencia de Sant Feliu de Guíxols. Se trata de un pórtico prerrománico con columnas y arcos que datan del siglo X, y que hoy figura incluso en el escudo de la ciudad.
- La iglesia abacial: combina sobriedad y solemnidad, con una nave principal donde la luz natural crea un ambiente espiritual único.
- Las torres de defensa: recordatorio de la época en que el monasterio debía protegerse de los ataques piratas procedentes del mar.
Cada piedra, cada arco y cada detalle es un relato del pasado. Recorrerlos es comprender que el arte, la fe y la historia se dan la mano en este lugar irrepetible.
Leyendas, espiritualidad y patrimonio vivo

El monasterio de Sant Feliu de Guíxols no solo conserva su valor arquitectónico; también está envuelto en leyendas que nutren la imaginación popular.
Una de las más conocidas cuenta que, durante un asalto pirata, los monjes invocaron a Sant Feliu, y una tormenta milagrosa salvó la ciudad. Desde entonces, el pueblo celebra al santo como protector de sus aguas. Otra historia habla de túneles secretos bajo el monasterio, que comunicaban con el mar y servían como rutas de escape o refugio.
Actualmente, el monasterio es la sede del Museo de historia de Sant Feliu de Guíxols y una parte está cedida al Espai Thyssen donde se llevan a cabo exposiciones temporales. Además se llevan a cabo algunos conciertos de música clásica y actividades culturales. Esta convivencia entre pasado y presente lo convierte en un patrimonio vivo, donde la historia sigue latiendo a través del arte, la fe y la comunidad.
El entorno: mar, cultura y tranquilidad
Uno de los mayores encantos del monasterio es su entorno. Situado a pocos metros del mar, en pleno corazón de la Costa Brava, el monasterio se alza sobre una colina que domina la bahía de Sant Feliu. Desde sus miradores, la vista del Mediterráneo es sencillamente impresionante.
La ciudad que lo rodea ha sabido mantener su esencia marinera: calles empedradas, mercados locales, restaurantes con productos del mar y una población que respira autenticidad.
A pocos pasos del monasterio, el visitante puede disfrutar de un paseo por el paseo marítimo, visitar el puerto o adentrarse en el Camino de Ronda, una ruta costera que conecta calas de ensueño. Todo ello hace que la experiencia sea completa: historia, cultura y naturaleza en un solo lugar.
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Sus huéspedes destacan la tranquilidad, la atención personalizada y la proximidad a los principales puntos de interés, lo que lo convierte en el alojamiento ideal tanto para escapadas culturales como para vacaciones junto al mar.
Consejos para visitar el monasterio de Sant Feliu de Guíxols
Para aprovechar al máximo tu visita, conviene tener en cuenta algunos detalles:
Mejor época para visitar
La primavera y el otoño son ideales, con temperaturas agradables y menos afluencia turística. En verano, las visitas al monasterio pueden combinarse con actividades de playa y festivales culturales.
Duración recomendada
Dedica al menos dos horas para recorrerlo con calma. A través del Museo de Historia podrás realizar un recorrido en el tiempo, desde los primeros asentamientos íberos, griegos, romanos y época medieval hasta la actualidad. recomendamos asistir a una visita guiada para conocer sus secretos históricos y arquitectónicos.
Qué no perderse
- La Porta Ferrada, símbolo de la ciudad.
- Las capillas laterales y la cripta, con restos de tumbas medievales.
- Las vistas al mar desde los alrededores del monasterio.
Consejos prácticos
- Lleva calzado cómodo, pues hay zonas empedradas y desniveles.
- Evita el uso del flash al tomar fotografías dentro de las salas.
- Consulta los horarios actualizados en la Oficina de Turismo de Sant Feliu de Guíxols.
- Reserva entradas o guías con antelación si viajas en temporada alta.
Conclusión
El monasterio de Sant Feliu de Guíxols es mucho más que un monasterio: es un símbolo de identidad, un refugio de paz y una ventana al pasado que sigue abierta al futuro. Su historia, su arquitectura y su vínculo con el mar lo convierten en un destino imprescindible para quienes buscan cultura, espiritualidad y belleza.
Visitarlo es dejarse envolver por la calma, descubrir la huella del tiempo y entender por qué sigue siendo uno de los lugares más especiales de la Costa Brava.
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Preguntas frecuentes sobre el monasterio de Sant Feliu de Guíxols
¿Cuál es el horario de apertura del monasterio de Sant Feliu de Guíxols?
Varía según la temporada. Generalmente, abre de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 en invierno y hasta las 20:00 en verano.
¿El monasterio de Sant Feliu de Guíxols se puede visitar con niños?
Sí, el recorrido es apto para todas las edades y resulta educativo. Hay paneles informativos y actividades familiares.
¿Hay visitas guiadas disponibles en el monasterio de Sant Feliu de Guíxols?
Sí, se ofrecen visitas en varios idiomas con guías expertos en historia y arte medieval.
¿Cuánto cuesta la entrada al monasterio de Sant Feliu de Guíxols?
El precio suele rondar los 5 €, con descuentos para estudiantes, jubilados y grupos.
¿El monasterio de Sant Feliu de Guíxols es accesible para personas con movilidad reducida?
Algunas áreas tienen rampas y accesos adaptados, aunque otras zonas históricas presentan limitaciones.
¿Se celebran eventos o conciertos en el monasterio de Sant Feliu de Guíxols?
Sí, especialmente en verano. Destacan los conciertos de órgano y los festivales culturales organizados por el ayuntamiento.